GRADO DÉCIMO
FILOSOFÍA
--Ahora, continué, imagínate nuestra
naturaleza, por lo que se refiere a la ciencia, y a la ignorancia, mediante la
siguiente escena. Imagina unos hombres en una habitación subterránea en forma
de caverna con una gran abertura del lado de la luz. Se encuentran en ella
desde su niñez, sujetos por cadenas que les inmovilizan las piernas y el cuello,
de tal manera que no pueden ni cambiar de sitio ni volver la cabeza, y no ven
más que lo que está delante de ellos. La luz les viene de un fuego encendido a
una cierta distancia detrás de ellos sobre una eminencia del terreno. Entre ese
fuego y los prisioneros, hay un camino elevado, a lo largo del cual debes
imaginar un pequeño muro semejante a las barreras que los ilusionistas levantan
entre ellos y los espectadores y por encima de las cuales muestran sus
prodigios.
--Supongamos
ahora que se les libre de sus cadenas y se les cure de su error; mira lo que
resultaría naturalmente de la nueva situación en que vamos a colocarlos.
Liberamos a uno de estos prisioneros. Le obligamos a levantarse, a volver la
cabeza, a andar y a mirar hacia el lado de la luz: no podrá hacer nada de esto
sin sufrir, y el deslumbramiento le impedirá distinguir los objetos cuyas
sombras antes veía. Te pregunto qué podrá responder si alguien le dice que
hasta entonces sólo había contemplado sombras vanas, pero que ahora, más cerca
de la realidad y vuelto hacia objetos más reales, ve con más perfección; y si
por último, mostrándole cada objeto a medida que pasa, se le obligase a fuerza
de preguntas a decir qué es, ¿no crees que se encontrará en un apuro, y que le
parecerá más verdadero lo que veía antes que lo que ahora le muestran?
--Ésta es
precisamente, mi querido Glaucón, la imagen de nuestra condición. La caverna
subterránea es el mundo visible. El fuego que la ilumina, es la luz del sol.
Este prisionero que sube a la región superior y contempla sus maravillas, es el
alma que se eleva al mundo inteligible. Esto es lo que yo pienso, ya que
quieres conocerlo; sólo Dios sabe si es verdad. En todo caso, yo creo que en
los últimos límites del mundo inteligible está la idea del bien, que percibimos
con dificultad, pero que no podemos contemplar sin concluir que ella es la
causa de todo lo bello y bueno que existe. Que en el mundo visible es ella la
que produce la luz y el astro de la que procede. Que en el mundo inteligible es
ella también la que produce la verdad y la inteligencia. Y por último que es
necesario mantener los ojos fijos en esta idea para conducirse con sabiduría,
tanto en la vida privada como en la pública.Yo también lo veo de esta manera,
dijo, hasta el punto de que puedo seguirte. [. . .]
REALIZA POR FAVOR ESTA
ACTIVIDAD EN UN TRABAJO ESCRITO. GRACIAS.
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